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Iglesia de la Asunción y al fondo las Peñas del Moro |
Para llegar a ellas hay que dejar la carretera del Valle a la derecha, al llegar a la iglesia de la Asunción, y cruzar el puente sobre el río Pisuerga.
Al llegar delante de la iglesia divisamos las peñas, dominando el horizonte.
El nombre de estas originales rocas proviene de una leyenda que la tradición situa en torno al año 1300, durante el reinado de Alfonso XI en Castilla.
Nos cuenta dicha leyenda que un pastor moro ve que uno de sus toros muge alejado del resto del rebaño. Cuando se acerca para ver la causa, se le aparece la Virgen que le envía a beber agua de una fuente que se encuentra en las cercanas peñas.
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Fuente de la cueva |
Bebe del agua, pero la Virgen le dice que el agua que necesita es la del Bautismo, por lo que le manda peregrinar a Roma y solicitar el sacramento.
Despés de mucha peneitencia se le logra y toma el nombre de Juan de la Peña.Con este nombre regresa al Valle muchos años después y, cuando entra en la cueva para beber de nuevo el agua de la fuente, encuentra una imagen de la Virgen. Seguramente se trataría de una antigua imagen escondida allí por los cristianos que años atrás, y antes de abandonar sus pueblos huyendo del avance de los musulmanes, escondían donde podían sus imágenes de culto.
Nuestro moro ya acristianado y totalmente entregado a su misión, edifica al pie de las Peñas un monasterio, que pone bajo la advocación del Corpus Christi.
La historia de este monasterio, será objeto de otra entrada en este blog.
Santa María de Redondo desde las Peñas del Moro |
En cualquier caso, el paseo hasta las Peñas del Moro, al alcance de cualquier persona independientemente de su forma física, y la entrada en la cueva, solo apta para los que no sufran claustrofobia, resulta muy agradable. Las vistas desde ellas son magníficas.